El taller del artista mendocino Roberto Rosas, fallecido en 2015, se ha convertido en un centro cultural de arte: “La Casa del Escultor”. En aras de acompañar a nuestro querido Luis Saez, allí fuimos, vagamundeamos, allí estuvimos.
Bajo la curaduría de Constanza Piluso, Luis, abrió el ciclo «Artistas en el taller de Rosas» a través de su muestra «Universos de fuego».
«Universos de fuego» es una exposición en la que esculturas de Rosas y de Saez desafían al tiempo aunando a dos artistas que aún pueden compartir un mismo espacio: ¿la sala?, ¿el taller?, ¿la chapa?, o tal vez, el ardor congelado de un fuego que jamás abandona al metal golpeado.
Con el martillo y el fuego por verbo, con el metal como sustantivo, ambos artistas han creado obras poco adjetivas, esculturas que no nacieron para condimentar lo insulso. Han parido obras-espejo, que refractan algún rincón de quien se aproxima a observarlas e, inevitablemente en ellas se termina reconociendo. Lejos de la afonía, la mayor singularidad compartida por las obras de estos dos grandes artistas quizás sea la ausencia de silencio. Cada escultura tiene algo qué decir y por eso habla, grita o calla (que nada tiene que ver con hacer silencio). Cada escultura vibra sin moverse, invita a quedarnos mudos… mientras escuchamos cómo conversan con nostros o entre ellas.